Hamilton, Olivia.

DATOS GENERALES DEL PERSONAJE

● Ocupación: Estudiante.
● Nacionalidad: Anglo - Americana.
● Lugar de residencia actual: Londres Mágico.
● Clase social: Alta.
● Familiares directos:
• Jones Hamilton: Su padre. Le odia, nunca lo tuvo en consideración ni lo trató como tal. Siempre estuvo bajo presión cuando estaba a su cargo.
• Marie Hamilton Holland: Su querida madre, la persona que la mimaba a escondidas. La única que la trató con cariño en aquel hogar, en aquella familia. Siempre está dispuesta a seguir sus consejos, y de vez en cuando, le escribe para contarle las novedades.

INFORMACIÓN MÁGICA

● Linaje: Sangre Pura.
● Escuela: Hogwarts.
● Curso: Séptimo curso.
● Casa: Gryffindor.
● Bando: La Orden.

DATOS GENERALES DE PERSONALIDAD

● Virtudes:
● Es buena con los deportes en general, sobre todo con el Quidditch. No obstante, no juega en el equipo.
● Leal, es capaz de dar la vida por los suyos sin pensarlo dos veces.
● Extremadamente ágil con los pies. Es difícil alcanzarla en una carrera.
● Es muy generosa, tanto, que a veces raya a lo inocente.
● Defectos:
● Es perezosa. Antes de hacer algo tiene que hacerse antes a la idea y aún así le cuesta. Prefiere estar tirada en medio de una pradera viendo los pájaros (o las moscas) volar a trabajar y ganarse un sueldo.
● Muy cabezota. Cuando se empeña en algo no atienda a razones. También le cuesta mucho reconocer que se ha equivocado que unido a su gran dificultad para torcer el brazo le hacen una persona difícil de convencer, incluso de tratar.
● Egocéntrica. Todo lo que pasa a su alrededor tiene como motivo su persona, o eso piensa. Le gusta ser el centro de atención y demostrar que es la que más sabe, la que más puede, la que más todo. Aunque en muchas ocasiones acaba haciendo el rídiculo, porque es muy bruta. Todo lo arregla a golpes o a su manera, es decir, a más golpes.
● Gustos:
♣Le gustan los paseos nocturnos.
♣Las mujeres femeninas son su perdición.
♣Las frambuesas. La gente se anima con el chocolate, pues ella con esta pequeña fruta.
♣La música Rock, Heavy (le encanta AC/DC), Jpop y es una enamorada del Kpop.
♣Todo lo que tenga que ver con la cultura oriental, está obsesionada con el tema.
♣El verano, le gusta cuando hace 40º a la sombra aunque lo pasa fatal. Sin embargo, también adora la lluvia.
♣Le gusta que le gente se sincere con ella. No obstante, hay veces que no es capaz de aplicarse el cuento.
● Disgustos:
♣Que la gente se piense que es una sosa y una aburrida. Simplemente, le cuesta entablar una conversación.
♣No le gustan los bichos. Lo pasa fatal y en especial con las arañas, les tiene un miedo exagerado.
♣Los críos. Odia a los niños y más a aquellos que no han alcanzado los diez años. Los llama: "Alliens".
♣Las personas que se dejan arrastrar por la masa, vamos, las modas y esas cosas.
♣No le gusta la falta de espacio vital. Lleva muy mal que le toquen sin permiso.
● Debilidades:
♣Ver a una mujer llorando. No puede, es superior a sus fuerzas.
♣Los dulces y cualquier tipo de gominola. Te la ganarás si apareces con una bolsa de chucherías delante de ella.
● Otros:
♣Lleva un pequeño tatuaje de un Sol a la espalda.
♣Le gusta teñirse el pelo de rubio.
● Descripción Psicológica:
La luna se encontraba en cuarto menguante y la pequeña recibía sus primeras bocanadas de aire. Un aire frío y aséptico como el de cualquier zona de paritorio. Bañada en sangre materna rompió a llorar ante tan traumática experiencia, al menos no sería capaz de recordarla.

El mundo era demasiado complicado para ella. A todos los lados a los que dirigiera la mirada solamente encontraba dolor, desesperación, estrés. Era demasiado pequeña para comprender tales sentimientos y sensaciones así que optó por crearse una máscara. Una apariencia despreocupada y feliz. Al principio no fue fácil, las lágrimas se escapaban de sus ojos como perlas perfectamente elaboradas, como esas que parecen deslizarse sobre la cerámica cara de vírgenes dolorosas y suplicantes. Pero poco a poco lo consiguió, ya nadie más podía dañarla o al menos nadie sería testigo de su sufrimiento.

Empezaron a tomarla por loca, una muchacha demasiado feliz no podría sobrevivir en un mundo de envidias. Marginaron su alma que no hizo más que cubrirse de más capas de despreocupación y felicidad, tanto es así que llegó un punto que olvidó comportarse de otra manera. Fue tan grande su papel que se había creado así misma, se reinventó. Todo para no encontrarse consigo misma.
Cada vez se sentía más fuerte ante la mirada de los demás, su carácter le servía para arriesgar su vida sin dudarlo. Las injusticias, las amenazas que atenazaban al prójimo más allegado fue considerándolas propia. Cuando tuvo edad suficiente para hacerle cara al mundo, se sirvió de todo su dolor para convertirse en una mujer fuerte y valiente, tanto que en ocasiones se le podría considerar temeraria. No obstante, la propia vida no importa cuando se daña lo que más se quiere. No teme a nada ni a nadie, la arrogancia se vuelve su mejor arma, pero siempre sería una navaja de doble filo.

Tanta desolación acumulada y escondida iba en aumento, forjando una nueva personalidad más siniestra y oscura que solamente muestra en raras ocasiones. Aquellas que precisen de una pelea intensa y cruel, en la que salvar la vida de otro y la propia era más importante, puro instinto de supervivencia animal.

HISTORIA PERSONAL

● Historia:
Frío punzante, andar sobre la escarcha, verlo todo blanco y gris, casi negro. No estoy describiendo un día cualquiera del helado invierno, hablo de los sentimientos que causaban en Olivia la relación con su padre.

Los modales refinados, el protocolo exquisito, el respeto de los otros, la docilidad de la manipulación bajo sus mandatos. Demasiadas cosas que aprender, demasiados deseos que acallar para poder cumplir con las expectativas de unos familiares adaptados (convencidos) a sus estipuladas formas de vida.

La tan ansiada hija ha llegado al mundo. Un parto complicado, no tanto para la madre como para la pequeña. No suele ser común, pero resultaba una cría muy llamativa (o eso pensó su padre) a causa de ese matojo de cabellos, algo lanosos todavía, de ese fulgurante color amarillo. Lloraba con desespero en los brazos de la partera, había nacido en casa. La mujer iba a entregar a la recién alumbrada a su padre, éste, tan esquivo como siempre lo fue, la rechazó.

Y así fue su vida. Desde infante, desde antes de infante se puede decir, la adoctrinaron. Debes hablar, debes decir, debes tratar, debes comer, debes bailar, debes saludar de esta y no de aquella manera. Su madre la mimaba a escondidas, pero al ser descubierta por su cónyuge se desataba su peor carácter. A la pequeña no le gustaba ver como su padre, frustrado por no conseguir lo que ahora le imponía a su descendiente, reñía a su dulce madre y a causa suya aceptó ser todo lo que su padre quería que fuese, un reflejo de él mismo.

Tantas normas que cumplir, tantas expectativas que llenar… ¿Pero era eso lo que más deseaba? No, ella necesitaba mucho más que todo aquello, mucho menos de lo que le trataban de imponer. La rebeldía era ya poco ignorable y empezó a sentir un desprecio total y absoluto por su padre y por sí misma, porque al mirarse en el espejo no se veía a sí, a Olivia, veía lo que su padre había querido de ella.

Ante su actitud considerada obcecada y prepotente, tomaron la iniciativa de hacerla ingresar en Hogwarts nada más recibir la carta a los once años de edad, también considerando que sería una buena estrategia para darle a conocer en el resto de familias nobles. En este lugar intenta definirse así misma, resultando una completa individua antisistémica, siendo como quiere ser o como ha decido ser para enfrentarse a lo que habían elegido para ella.