There will be blood {Haakon Oftedahl

DATOS GENERALES DEL PERSONAJE

● Ocupación: Profesor de DCAO.
● Nacionalidad: Noruega.
● Lugar de residencia actual: Reino Unido.
● Clase social: Media.
● Familiares directos:
· Kajsa L. Sivertsen; madre. Fallecida.
· Sander Y. Oftedahl; padre. Fallecido.
· V. Levi Oftedahl; hermano menor. Diecisiete años. Alumno de Slytherin, Hogwarts. Su relación es complicada hasta decir basta, no porque se llevan mal, sino por la cantidad de matices y secretos que hay en ella. Es el autentico culpable de su cambio y de su trastorno.
· Unni K. Oftedahl; hermana menor. Fallecida.

INFORMACIÓN MÁGICA

● Linaje: Sangre pura.
● Escuela: Durmstrang.
● Curso: Graduado.
● Casa: //
● Bando: Neutral.

DATOS GENERALES DE PERSONALIDAD

● Virtudes:
·Buen duelista.·
·Inteligente, astuto.·
·Honesto de corazón.·
● Defectos:
·Terco e indiscutible.·
·Descontrolado en la fuerza.·
·Demasiado frío.·
·Homosexual incestuoso.·
● Gustos:
·Los libros antiguos·
·El fuego·
·Las Artes Oscuras·
·Algún que otro vicio malsano·
·Quidditch·
·Violencia física·
·La música·
·El café, acompañado de un trago de bourbon·
● Disgustos:
·El calor excesivo·
·Ruido alto·
·Quedarse quieto·
·La ideología radical·
·Fingir durante mucho tiempo·
·Madrugar·
● Debilidades:
·Su ex pareja.·
·Su hermano, cuando se comporta como el niño que era.·
·Sus alumnos predilectos.·
● Otros:
·Tiene un halcón peregrino, mascota, de nombre Shurik que también ha aprendido a traer correo.·
·Sabe hablar inglés, francés y alemán, aparte de su lengua materna.·
·Pertenece a un club de lucha ilegal muggle en Londres. Le ayuda a dar rienda suelta al estrés.·
·Es un animago legal, se transforma en lobo gris.·
● Descripción Psicológica:


Generamente, es un hombre solitario, frío y taciturno. No tiene amigos, para él el valor de la amistad es mínimo y prefiere estar solo en el bosque que rodeado de gente en un lugar cálido. No se le dan bien las relaciones humanas, no sabe muy bien que decir a nadie. No es cruel, siempre es cortés con cualquiera, pero de ahí no pasa. Ni amable ni maleducado, todos esperan de Haakon una conversación superficial y poco más. Por otra parte, Roar sabe valorar a una amistad. No es el mejor amigo que puedas llegar a tener, te hará sufrir en algunos momentos y no siempre te demostrará su afecto, pero siempre que lo necesites estará allí, te protegerá como mejor sepa y no permitirá que la amistad se rompa por cualquier tontería. Es atento con los suyos, aunque estos no siempre lo sepan, un amigo en el que confiar y alguien que también confía en sus amigos de verdad. Sus seres queridos son una prioridad para él, prefiere sentirlos interiormente que estar constantemente con esa persona. Aún así, siempre los llevará en la mente. Es bastante observador, pero solo se queda con lo importante para él, y también es desconfiado, siempre se pregunta cuando alguien le dice la verdad o no. Por sus experiencias, puede llegar a mostrarse arrogante, orgulloso, sarcástico, de mirada cruel. Ha sido un líder indiscutible en muchos ámbitos de su vida, fuera cual fuese su edad. Manipulador, no teme hacer sufrir a ajenos si con ello consigue lo que desea. Cabezota, jamás escucha lo que no le interesa. Competitivo, incluso en el más banal partido, lucha por sentirse mejor sobre otros.

...made love to a million angels...

Por muy frío y taciturno que se muestre ante los demás, Haakon sigue siendo un hombre, y eso no quita que sienta atracción por cercanos o amigos. En asuntos de relaciones, solo ha tenido una pareja formal, que lo marcó para siempre, la ruptura lo dejó destrozado. Su carácter impulsivo y maltratador lo ha seguido hasta ésta faceta de su vida, haciendo de él un sadomasoquista reprimido que termina por confundir una relación con simple contacto físico. Tampoco sabe valorar muy bien una nueva amistad, aunque si una alianza, y mientras no estés contra él, o no se aburra de ti, estarás a salvo y en buenas manos. Sexualmente hetero, ha descubierto una faceta homosexual en él que no sabe como tomarse. Más que homosexual, le gusta pensar que se siente atraído hacia las personas sin más.

...murdered a million men.

Desde hace unos años, salió de él una parte que no gusta ni de reconocer. Impulsivo, agresivo, es mejor no meterlo en una pelea. Descontrolado, se vuelve la peor pesadilla de quién se meta en su camino. Su inteligencia, fuerza física y don con las artes oscuras lo convierten en un monstruo. Violento, esconde su temperamento tras descansos y pausas entre discusiones, también realizando grandes cantidades de deporte y siendo miembro de clubs de lucha o de relajación, aunque eso le haga parecer muggle. Tiene suerte de no haber sido asesinado alguna vez. Siempre buscando pelea, hedonista sin remedio que disfruta viendo su cuerpo curarse de heridas, de batallas. Rebelde, sin importar en que situación se encuentre, siempre llevará la contraria por el placer de molestar. Es un amante de las Artes Oscuras, como muchos otros magos, pero él toma en serio esa clase, no la veía una asignatura más, todo lo que aprendió en AO, lo investiga hasta conseguir lo contrario, sabiendo hechizos de magia oscura que no le es posible enseñar en Hogwarts. Tiene un espíritu sádico que esconde a todos, a veces desearía matar a alguien humano, solo con tal de ver como es, le ha pasado de excitarse viendo sangre.

HISTORIA PERSONAL

● Historia:


Hijo único de los Oftedahl al nacer, familia noruega, sin mucha fama en el ambiente mágico, haber nacido en una época en la que los muggles seguían siendo odiados, aún estando lejos de ellos, solo sirvió a Haakon para fortalecer su odio a cualquier cosa relacionada con radicalismos. Niño mimado por parte de madre, criado con dureza, pero amabilidad, por su padre, su infancia fue feliz dentro de casa, y no tanto en el exterior, eran considerados algo "raros". Sus padres no estaban casados, trabajaban de escritores y agricultores en sus propias tierras. Enviaron a Haakon a Durmstrang, donde, pese a su grandes dotes, no obtuvo una gran fama. Tenía a sus amigos, caía bien, pero nunca llegó a ser de las excelencias de la escuela, salvo en algunas asignaturas. Con nueve años vividos, llegó a casa el querubín rubio de Unni. Un alma graciosa de ojos limpios y risa aguda. Haakon la adoraba, hasta que no llegó el segundo, lo era todo para él.


El mayor Oftedahl fue un adolescente querido y apreciado en el colegio. De notas bastante impecables, lo único que se opuso siempre en su camino al éxito fue el corazón puro y su neutralidad hacia el bando oscuro. Pero poco le importaba. Estaba en el último curso, contaba con pocas distracciones. Su hermana aún no había empezado el colegio, la situación en casa era inmejorable y sus amigos se parecían a él. Había una chica del colegio que lo traía algo loco, como a muchos adolescentes, pero poco más. En plenos exámenes finales, apareció Vetle. O Levi, como solo lo llamaría su hermano mayor. Otro niño de la casa. No había sido un embarazo deseado, como se suele decir, pero Levi fue el niño más deseado que una familia podría tener. Haakon siempre tenía tiempo para él, Unni lo trataba como a un muñequito de porcelana... Los padres, pese a ser ya mayores, renacieron con una vitalidad nunca vista. Pero las cosas buenas suelen terminar.


Al acabar en Durmstrang, recibió una oferta de trabajo en Bristol, Inglaterra. No era una ciudad propiamente de magos, pero el Consulado Noruego Mágico tenía allí asuntos, y como diplomático, ya tan joven, viajó allí. Pasaba mucho tiempo con su familia, igualmente. Cinco años después, con el colegio terminado y sus estudios puestos en práctica en el trabajo, Levi vino con una mala noticia. Los dos hermanos llevaban todo el día juntos, y durante unas horas que Haakon bajó al pueblo cercano por asuntos laborales, una noticia llegó a casa. Sus padres y hermana menor habían fallecido por culpa de un traslador defectuoso. Los había dejado sobre un páramo helado, o eso decían. Cómo habían muerto del frío, el porque de la elección de ese medio... Nunca lo descubrieron. Y no quedó jamás claro. Así que solo quedaban los hermanos Oftedahl. Haakon no pudo hacer más que llevarse consigo a Levi de vuelta a Bristol, donde duraron menos de un año. Pese a la corta edad de Vetle y su despreocupación por ser huérfano, normal a esa edad, empezaría a crecer. Y Londres era la ciudad idónea para tener mucho en lo que pensar. Conservando su trabajo, vivieron así por muchos años. Levi fue aceptado en Hogwarts, donde acabó con las serpientes de Slytherin, más por su sana ambición que por otra cosa. Diez años después, el chico huérfano con su hermano como tutor y de enormes ojos brillantes, seguía siendo el mismo. Un poco más alto, claro.


El esplendor de Haakon en cualquier sentido de su vida se tambaleó. Su pareja, de la que llevaba enamorado desde los quince años, lo deja. Tras descubrir él las múltiples infidelidades de ésta, quedó más que destrozado. Su ánimo empeoró su situación laboral, que ya de por sí iba peor. Se juntó con las sonrisas constantes de Levi, su obsesión (así se lo parecía a Haakon ahora) de estar juntos siempre... El mayor Oftedahl pasó de tutor comprensivo y amigo notable a un monstruo escondido tras falsedad. Siguió con su pequeña actuación del Haakon de siempre, no veía mucho a su hermano pese en vacaciones. Ese verano intentó evitar de cualquier manera volver a Noruega, como hacían siempre, con él. Quiso pagarle un viaje internacional, puso de excusa su trabajo... Al final nada funcionó, y volvieron como ya estaba planeado. Haakon no podía más, ese niño de quince años era más feliz que él, que había dado cada segundo de su vida por esa misma felicidad. No le parecía justo. Ahora mismo todo iría bien sin él. Habría tenido más tiempo para su pareja y ésta no le habría engañado, quizás su hermana no habría vuelto a casa por vacaciones, ya que sin Levi no tenía porque volver, y los Oftedahl serían una familia feliz. El monstruo Roar se descubrió. Empezó como disputas leves, resentimiento, comentarios mal intencionados. Acabó en palizas. Torturas, sangre, las paredes de la casa familiar goteaban día si día también. Haakon lo disfrutaba, no veía nada más que el placer de provocar dolor. A Levi parecía gustarle también, porque se atrevió a lo impensable. Besó a su hermano, que, descontrolado, devolvió la misma pasión. Un incesto que ninguno podría haber imaginado. La tortura diaria se volvió sexo agresivo, lo suficiente como para calmar la sed de venganza de Haakon y aumentar el futuro trastorno del hermano. Acabadas las vacaciones, volvieron. La mirada de Vetle era oscura, sádica, lujuriosa al mirarle. Haakon, en cambio, había vuelto a su anterior y tranquila cordura. No era él quién había convertido a Levi en un animal, eran sus demonios, se decía. Pero no consiguió convencerse. La culpa lo dominaba lo suficiente como para dejar su trabajo en el Consulado y pedirlo en Hogwarts, donde fue aceptado. Allí vigilaría mejor a Levi. El menor seguía pidiéndole, temporada tras temporada, volver a esos tiempos de sangre y sexo. Estaba totalmente perturbado. Haakon se resistía, pero sabía que no duraría lo suficiente. Dentro de él también reinaba la oscuridad. Una peor aún que la del menor, Oftedahl no podía controlar la moneda de dos caras que era su vida. El límite de la seriedad y depravación empezaba a difuminarse.